¿Cuál es el lugar más romántico? Es diferente para cada persona, pero seguro que les unen unas vistas fabulosas y una arquitectura fascinante.

 No importa lo que esté planeando: una luna de miel, un viaje romántico por un aniversario o si está listo para pedirle matrimonio a su media naranja. Estos 3 lugares románticos de Cuba te llenarán de amor y le regalarán tiernos recuerdos.

Malecón de La Habana

La atmosfera que desprende el Malecón de La Habana hace que la llama del amor se encienda en cada mirada. Contemplar la puesta de sol desde el Malecón es una experiencia mágica.

Con casi ocho kilómetros de extensión, este enorme paseo es uno de los puntos de reunión preferidos por amantes, poetas, trovadores, filósofos y pescadores.

El Malecón fue diseñado como un pequeño paseo marítimo para la clase media a principios de la década de 1900; pero se expandió rápidamente hacia el este en la década siguiente.

Su proyectista fue el más grande ingeniero cubano de la época: Francisco de Albea, quien concibió una formulación compleja de lo que debía ser la obra, más allá de un simple paseo con el único objetivo de evitar las inundaciones provocadas por los sistemas meteorológicos. La ancha avenida debía construirse a cuatro metros sobre el nivel del mar, separado de la orilla, y en la parte inferior una larga sucesión de 250 bóvedas.

Mansión Xanadú

Disfrutando de la primera línea de costa, se encuentra la Mansión Xanadú, una construcción realizada en 1928 para el empresario americano Irénée Dupont, que actualmente se conoce como Casa Las Américas. Su estilo ecléctico, los mármoles y las escaleras de caoba y cedro le confieren un aire romántico al sitio.

Actualmente, la casona es  uno de los restaurantes más famoso de Varadero, consta de tres plazas y tres terrazas, una de ellas constituida Bar Mirador, debido a las vistas que se divisan sobre su emplazamiento y que propician que a los clientes les apetezca acercarse a beber algo a última hora de la tarde.

Palacio de Valle

Una de las edificaciones más emblemáticas de Cienfuegos vio la luz en 1917, luego de cuatro años de intensa construcción, en donde sus dueños estuvieron completamente involucrados. El estilo del Palacio de Valle, evidentemente ecléctico, es el resultado de la imaginación y los excesos de Acisclo del Valle y su esposa Amparo. Pero el espíritu morisco y las leyendas de ese sitio no empiezan solamente aquí.

Sin embargo, Acisclo solo pudo disfrutar tres años de su palacio, porque fallece en 1920, dejando a su esposa y ocho hijos. Se dice que la magnificencia del sitio se debe al amor que siempre caracterizó a la pareja y a la familia.

El palacete fue diseñado por el destacado arquitecto cienfueguero Pablo Donato Carbonell, autor de otras bellas mansiones sureñas como el Palacio Ferrer. A este se unió más tarde el ingeniero italiano Alfredo Colli quien concluyó cuatro años más tarde la obra.

Se ha convertido en referencia casi obligatoria para todo el que llega hasta la ciudad de Cienfuegos. Con sus aires árabes, situado cual guardián de la Bahía de Cienfuegos, el Palacio de Valle es, sin dudas, una de las edificaciones más bellas de Cuba.

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